Cada día tener la fortuna
De abrir nuevamente los ojos
Y entre paso y paso, calle y calle,
Cada individuo sumergido
En su propio porqué que lo envuelve.
Así pasa tu vida, pasa mi vida
Y la noticia en la radio,
Los triunfos de los nuestros
Más allá de la frontera,
Mientras nosotros nos gastamos
Cada gramo de nuestra existencia
Tratando de darle a ella un rumbo
A veces cierto, a veces equivocado
Que el político corrupto,
Que el niño de indeclinable esperanza,
Que el que tranza su valor por cualquier peso
Van desgastando solapadamente el día
Con otras tantas novedades por segundo
Sin tener la posibilidad de digerirlas bien
Produciéndonos una indigestión mental
Eso nos produce inapetencia
Y ya no nos interesa saber
Si está bien o está mal,
Si nos afecta o ya no importa.
Nuestro pensamiento ha tomado
Tanto descongestionante, tanto analgésico,
Que parece no existir diagnostico
Para darle respuesta a esa enfermedad.
Esas son las cosas de la vida,
Dice con nostalgia y a la vez con temor
El abuelo sentado en su banquillo,
Pues ve como el mundo va y va
En su cotidianidad de siempre
Perdiendo el verdadero significado Que justifica al ser humano